Existen diferentes enfoques en la IA, como el aprendizaje automático (machine learning), que entrena a las máquinas para mejorar su rendimiento a medida que reciben más datos, y
el aprendizaje profundo (deep learning), que utiliza redes neuronales inspiradas en el
cerebro humano para resolver problemas complejos.
En esencia, la IA combina datos, modelos matemáticos y capacidades computacionales para llevar a cabo tareas que antes requerían la intervención humana, desde el reconocimiento de imágenes hasta la generación de texto o la toma de decisiones estratégicas.
Machine Learning (aprendizaje automático): Es la capacidad que tiene una inteligencia artificial para aprender por sí misma. Se basa en un ciclo de aprendizaje a partir de datos, entrenamiento y resultados. Existen varios subtipos en función de si su aprendizaje requiere la supervisión de un ser humano o se permite que la IA aprenda de forma autónoma, según unas reglas establecidas. Se suele utilizar en asistentes virtuales y chatbots, entre otros.
Deep Learning (aprendizaje profundo): Su objetivo es recrear la forma en la que aprenden los humanos a través de lo que se denominan redes neuronales, que consisten en nodos interconectados que emulan la red de neuronas de un cerebro humano. Se emplea, por ejemplo, en la búsqueda de productos basada en imágenes.
Reinforcement Learning (aprendizaje por refuerzo): Se inspira en la psicología conductista y su objetivo es permitir a la IA diseñar estrategias de manera automática. Es muy práctico para el mantenimiento predictivo o para personalizar las experiencias de los clientes.
Generative Adversarial Networks (redes generativas antagónicas): Son un tipo de algoritmos que se implementan por un sistema de dos redes neuronales. Estas dos redes compiten mutuamente. Sirve para generar objetos y experiencias a partir de muestras (por ejemplo, fotografías).
Por ejemplo, un chatbot es capaz de interpretar los problemas que plantean los clientes de un comercio o empresa y ofrecerles respuestas más precisas, así como un motor de recomendación realiza sugerencias acordes con las preferencias que el usuario ha mostrado con anterioridad. A pesar de su auge actual, la IA no se trata de un concepto nuevo: en la década de los 50 del siglo pasado, Alan Turing ya planteó si las máquinas fueran capaces de pensar. De ahí surgió, lo que ahora se conoce como “el test de Turing”, que se utiliza para determinar si una computadora puede ser tan inteligente como un ser humano. Consiste en exponer a un humano a dos conversaciones, una realizada por una máquina y la otra por un ser humano. Si la persona no es capaz de distinguir cuál es la máquina, se sobreentiende que esta es tan inteligente como el humano. En 1956, John MacCarthy fue el primero en pronunciar la expresión «inteligencia artificial» en la Conferencia de Darthmouth. Desde ese momento a hoy en ...
La inteligencia artificial (IA) funciona mediante el procesamiento de grandes cantidades de datos a través de algoritmos avanzados que imitan la forma en que los humanos aprenden, razonan y toman decisiones. Estos sistemas analizan patrones en la información, los procesan y generan respuestas o predicciones basadas en su aprendizaje.
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